¡Hola amigos! Hoy traigo una tarta dedicada a Villaviciosa. ¿Os preguntáis por qué? Pues os contaré el motivo: hace como un par de meses hice otra dedicada a Gijón, pero yo tengo mi corazón dividido. Por un lado está, como dice la canción... "este Gijón del alma al que tanto quiero..." (que es donde vivo) y por otro... "Villaviciosa hermosa, qué llevas dentro, tú me robaste el alma y el pensamiento..." (que es donde nací).
Como este próximo sábado comienzan las Fiestas del Portal, en la Villa, no podía  menos que dedicarle este postre, al que sin duda seguirán alguno más. Espero que os guste, lo hice con todo mi cariño. 
Para quienes lo desconozcan les diré que el dibujo del sombrero con las manzanas es una escultura preciosa que se encuentra en el parque, y al que hice numerosas fotografías para después poder realizarlo  en chocolate. ¡El sombrero de la tarta es comestible!
Se trata de un postre de tres chocolates (negro, con leche y blanco) que a mí personalmente me encanta. Como siempre, aquí os dejo la receta y espero que os animéis a hacerla y  me contéis los resultados.
Ingredientes para la tarta:
-150 g de chocolate negro
-150 g de chocolate con leche
-150 g de chocolate blanco
-125 g de azúcar
-750 ml de nata líquida para montar
-750 ml de leche
-3 sobres de cuajada.
Ingredientes para la base:
-150 g de galletas tostadas
-75 g de mantequilla
-2-3 cucharadas de leche
Preparación:
Mezclamos  las galletas molidas con la mantequilla (a punto de pomada) y la leche.  Hacemos una pasta, forramos con ella un molde para tartas desmontable y  lo metemos en la nevera una media hora para que endurezca.
1.- En un cazo ponemos 150 g  de chocolate negro troceado, 75 g de azúcar, 250 ml de nata y de los 250  ml de leche correspondiente sacamos un poco a un vaso para deshacer un  sobre de cuajada. Llevamos al fuego y removemos bien para que no se  formen grumos. Cuando empiece a hervir echamos la leche del vaso con la  cuajada disuelta, seguimos removiendo hasta que hierva de nuevo y lo  vertemos en el molde. Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente hasta  que cuaje (una media hora aproximadamente).
2.- A continuación hacemos lo  mismo con el chocolate con leche, es decir: ponemos en un cazo 150 g de  chocolate con leche troceado, 50 g de azúcar, 250 ml de nata y de los  250 ml de leche sacamos un poco a un vaso para deshacer otro sobre de  cuajada. Lo llevamos al fuego, removemos bien y cuando empiece a hervir  echamos la leche del vaso con la cuajada disuelta, y seguimos removiendo  hasta que nuevamente hierva. Lo vertemos en el molde, sobre el  chocolate negro y dejamos enfriar a temperatura ambiente hasta que cuaje  (aproximadamente otra media hora).
3.- Por último tenemos el  chocolate blanco. Y procedemos de la misma manera: ponemos en el cazo  los 150 g de chocolate blanco troceado, 250 ml de nata, (aquí no echamos  azúcar, pues el chocolate blanco es más dulce) 250 ml de leche, de la  cual sacamos también un poco a un vaso para disolver la cuajada.  Llevamos al fuego, removemos bien y cuando rompa a hervir echamos la  leche restante con la cuajada. Seguimos removiendo y cuando hierva de  nuevo retiramos del fuego y vertemos en el molde sobre el chocolate con  leche. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y luego la metemos en el  frigorífico, si es posible, hasta el día siguiente.
 La desmoldamos con  cuidado y la decoramos a nuestro gusto. En este caso, puse el dibujo del sombrero con las manzanas que está hecho sobre chocolate blanco y que fue obra de mi amiga Mónica Rivero, que es una artista de los dibujos en chocolate.
Importante:
-  Antes de echar el chocolate con leche sobre el negro ya cuajado,  rallamos un poco con un tenedor y mucho cuidado la superficie. También  hacemos lo mismo cuando echamos el blanco sobre el chocolate con leche.  Esto es para que las partes queden pegadas y no se separen al  desmoldarlas ni al cortar la tarta.
-  Al verter el chocolate caliente sobre el que ya tenemos cuajado, es  conveniente hacerlo sobre una cuchara vuelta del revés para que el  chorro caliente se disperse y no nos haga un agujero sobre el que   tenemos en el molde.