Imaginaros un postre que se puede hacer en menos de treinta minutos, no necesita horno y encima está buenísimo. Pues existe y estoy segura que lo habéis tomado en alguna ocasión: TIRAMISÚ.
Es tan popular, que casi se puede decir que cada cual tiene su propia receta. La que hago en casa es simple, sencilla y con excelentes resultados. Para que os animéis a probarla, aquí os la dejo:
Ingredientes:
-250 g de queso mascarpone
-100 g de azúcar
-5 yemas de huevo
-2 claras
-1 taza de café
-2 cucharadas de Amaretto u otro licor dulce que os guste
-1 paquete de bizcochos de soletilla (de los duros)
-1 pizca de sal
-Cacao en polvo y chocolate negro rallado para espolvorear
Preparación:
1.-Hacemos el café, lo mezclamos en un plato hondo con el licor y lo dejamos enfriar.
2.-Batimos las yemas de los huevos con el azúcar hasta que estén espumosas, añadimos el queso, lo mezclamos con cuidado y reservamos en la nevera.
3.-Montamos las claras a punto de nieve junto con la pizca de sal, para que nos queden más firmes, y las incorporamos con movimientos envolventes a la mezcla de yemas que teníamos en la nevera.
4.-En un molde cuadrado o rectangular (mejor que sea desmontable), ponemos una capa de bizcochos, que previamente mojamos en el café. Seguimos con una capa de la crema, otra de bizcochos y así hasta terminar con la mezcla. Reservamos en la nevera durante dos o tres horas, o mejor de un día para otro.
5.-Al día siguiente desmoldamos y espolvoreamos con el cacao y el chocolate rallado.
